Mostrando entradas con la etiqueta belleza. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta belleza. Mostrar todas las entradas


Fumar multiplica las arrugas, el aspecto facial demacrado, la apariencia grisácea en la piel y las manchas de color púrpura. Estos efectos se acentúan con la llegada del calor del verano.



Poca gente es consciente de los problemas dermatológicos que suponen tanto el consumo activo como el sufrimiento pasivo del humo del tabaco: sequedad en la piel, aparición de vello, arrugas, apariencia grisácea, manchas…. Efectos, todo ellos, que se acentúan con la llegada del verano.

Sol, arena, playa, terracitas, chiringuitos y comilonas. Son muchos los excesos que nos permitimos en verano y que tienen sus consecuencias en la salud física. Lo mismo ocurre con el tabaquismo, ya que el buen tiempo y el incremento de la actividad social aumenta las ganas de encenderse el cigarrillo. El comienzo del nuevo trimestre puede ser un buen momento para dejar de fumar, junto con el resto de los nuevos propósitos saludables del nuevo curso.


Tabaco y sol, combinación letal

Por todos es conocido que fumar ocasiona importantes daños a los órganos internos, como los pulmones o el corazón, entre otros, pero también es importante destacar los perjudiciales efectos del tabaquismo en la piel, el sistema óseo, o la boca, que han sido ampliamente documentados en diversos estudios científicos.

El doctor Douglas Model, médico inglés nacido en Eastbourne, definió el rostro del fumador a partir de una investigación que publicó en el British Medical Journal, donde informa que la mayoría de los fumadores con más de 10 años de consumo pueden identificarse sólo por el examen facial, ya que en ellos se multiplican las arrugas marcadas, el aspecto facial demacrado, la apariencia grisácea en la piel y las manchas de color púrpura.

A las consecuencias dermatológicas del sol veraniego hay que añadir, en el caso de los fumadores, las consecuencias propias de su adicción. El humo del tabaco seca la piel y reduce la cantidad de flujo sanguíneo que llega a ésta lo que la priva de oxígeno y otros nutrientes esenciales provocando deshidratación.

Si bien la piel de la mujer es más propensa a sufrir envejecimiento al ser más sensible que la de los hombres, las consecuencias las notan también en ellos, quienes además se ven perjudicados en mayor medida por el monóxido de carbono porque sus caladas son más grandes.

Y no hay que olvidar las consecuencias del tabaco en las manos. A causa de la nicotina, la piel de los dedos se vuelve amarilla, efecto llamado discromía y que es fácilmente observable en los fumadores habituales.


El tabaco perjudica seriamente la belleza

Todo tipo de problemas estéticos

Aparte de la influencia que el hábito de fumar ejerce sobre las enfermedades dermatológicas, el consumo de tabaco es también responsable directo de distintas dermatosis como la estomatitis nicotínica, la lengua negra vellosa, la enfermedad periodontal, así como de algunos tipos de urticaria y de dermatitis de contacto.

Las consecuencias del tabaco sobre la belleza no terminan en la piel. Fumar es causa y agravante de afecciones oculares, de hecho, el porcentaje de personas con cataratas es un 40% mayor entre los fumadores. Fumar también se siente, y mucho, en los dientes. El tabaco contribuye a un exceso de sarro, tiñe los dientes de amarillo, acelera el deterioro de la dentadura y contribuye a la aparición de caries. El riesgo de perder los dientes se multiplica por 1,5 en los fumadores.


Excesos fuera, deja de fumar

Si buscas un motivo para dejar de fumar, existen muchos donde elegir: fumar acorta la esperanza de vida entre 5 y 8 años, provoca impotencia, causa tos, catarros y dolores de garganta, entre otras muchas enfermedades.

La mayoría de los fumadores ha pensado en dejarlo alguna vez y ahora, con las herramientas disponibles muchos lo consiguen. En este sentido, las terapias de deshabituación tabáquica que incluyen tratamientos farmacológicos y la ayuda del médico se han consolidado como la principal forma para dejar de fumar ante la dificultad física y psicológica del fumador de librarse de la adicción.

Dejar de fumar es la solución al progresivo deterioro de la belleza y la salud física, supone ganar en salud y conseguir una mejor calidad de vida. Permite un total desarrollo de los sentidos del gusto y del olfato, perdidos o anulados por la penetración continua del humo en el organismo a través de las vías aéreas. Un año sin fumar reduce en un 50% el riesgo de muerte repentina por ataque al corazón.

En este sentido, el comienzo del nuevo curso puede ser un buen momento para dejar de fumar.

Fuente: www.elsemanaldigital.com




Que el tabaco mata, es bien sabido por todos. Pero las consecuencias del tabaquismo no sólo se traducen en una elevada mortalidad por cáncer de pulmón o enfermedad cardiovascular. El consumo de cigarrillos también tiene consecuencias estéticas y dermatológicas devastadoras. De ahí que la frase ‘El tabaco le hace a usted viejo y feo’, pueda convertirse en el mejor reclamo para que los jóvenes, cuya preocupación por el aspecto físico va en aumento, digan no al tabaco.



La piel es un fiel reflejo de nuestro estado de salud. Por ello no resulta muy difícil distinguir a los fumadores de los no fumadores por la calidad de su cutis. Más de 60 sustancias nocivas procedentes de los cigarrillos contribuyen a crear lo que se denomina ‘cara del fumador’, una serie de características que muestran el deterioro que el tabaco provoca en la piel: “arrugas profundas, aspecto demacrado, huesos prominentes, piel grisácea, dientes amarillos”, explica la dermatóloga Ana López Barri, presidenta de la Asociación Española de Mesoterapia.

Pero esto no es todo, el consumo de tabaco también favorece la aparición del paladar o lengua del fumador, provocados por los alquitranes y el calor de la combustión, así como el desarrollo de cáncer de boca o labio. “El 80 por ciento de las personas que sufren cáncer de labio son fumadoras”, apunta López Barri.

La aparición de estos signos está directamente relacionada con el número de cigarrillos consumidos. Así, cuanto más se fuma más empeora el estado de la piel.

Entre las sustancias más dañinas se encuentra la nicotina, que además de favorecer la adicción al tabaco tiene un efecto vasoconstrictor al elevar los niveles de vasopresina, una hormona que estimula la contracción de las fibras musculares. Como consecuencia, los vasos se contraen, aumenta la presión sanguínea y empeora la cicatrización de las heridas. “Debido a este efecto vasoconstrictor los especialistas recomiendan dejar de fumar un mes antes y un mes después de una intervención quirúrgica”, señala López Barri.

El tabaco también provoca la hidroxilación de un esteroide estrógeno llamado estradiol. “Esto se traduce en una disminución de estrógenos, lo que favorece la sequedad y atrofia cutánea en las mujeres. A su vez, la reducción de estrógenos provoca un ligero aumento de andrógenos y puede aparecer más vello”.

Asimismo, el tabaco disminuye la aportación de oxígeno a los tejidos y la absorción de vitamina A, altera el colágeno y la elastina, favorece la atrofia dérmica y la agregación plaquetaria.


El rostro del fumador

Daño reversible

Afortunadamente, y a diferencia de lo que ocurre con el daño provocado por los rayos ultravioleta, la mayor parte de los efectos del tabaco en la piel son reversibles. Para ello es imprescindible dejar de fumar definitivamente y emprender un tratamiento sintomático. “Para recuperar la piel se emplean cremas con estrógenos y con ácidos retinoico y glicólico, que aceleran la descamación de la piel, y se realizan peelings, con los que se consigue eliminar las células muertas y acelerar la regeneración de la piel. También es conveniente el consumo de suplementos que ayudan a combatir los radicales libres, como las vitaminas A y E, zinc y selenio”.

Estos tratamientos van acompañados de otras recomendaciones, como evitar las exposiciones solares o el consumo de alcohol. Aunque la mejoría empieza a notarse casi de inmediato, “la piel no se recupera del todo hasta pasados tres o cuatro años después de dejar de fumar”, concluye López Barri.

Fuente: www.dmedicina.com




Cada vez más cirujanos plásticos se niegan a realizar operaciones a personas adictas al tabaco. Qué consecuencias les podría traer una operación de este tipo



¿Quiere dejar de fumar? Hágase un lifting

Los médicos norteamericanos reafirman una tendencia que comenzó hace más de cinco años: no realizar cirugías plásticas a fumadores.

Las operaciones de rostro (lifting), abdomen (liposucción) y busto (siliconas), así como cualquier otra que exija el desplazamiento de la piel, dejaron de ser recomendadas a personas adictas al tabaco. Incluso, se considera mala praxis si el médico las realiza a pesar de conocer este hábito del paciente.

Darshan Shah, cirujano plástico de Bakersfield, California, explicó que "la nicotina hace que los pequeños vasos sanguíneos de la piel se contraigan, lo que reduce el suministro de sangre que ésta recibe".

Esta situación podría traer complicaciones, como mala cicatrización, mayor riesgo de infección y hematomas que perduran en el tiempo, informó el diario Clarín.

De acuerdo a las estadísticas oficiales, cada año entre un 40% y un 45% de los 45 millones de fumadores de los Estados Unidos intenta dejar el hábito, pero sólo un 5% no vuelve a fumar más. La vanidad, ahora, está ayudando a los norteamericanos a optar por una vida más sana.


Fuente: www.infobae.com





La nicotina provoca que los vasos sanguíneos de la piel se cierren y se disminuya el oxígeno en las células lo que provoca el rápido envejecimiento de la piel sin mencionar el cáncer en los pulmones o el enfisema



Fumar afecta tu salud y le resta puntos a tu belleza, pues tu cutis pierde su vitalidad y las arrugas aparecen mucho antes de tiempo
Si crees que fumar te relaja y te hace sentir mejor, debes saber que ese momento placentero tarde o temprano terminará por reflejarse de manera negativa en tu rostro.

Cuando tomas un cigarro entre tus dedos, lo llevas a tus labios y aspiras, los músculos de la boca se contraen en forma de "o", lo que provoca la aparición de arrugas alrededor de tu boca.

Además, cada vez que exhalas el humo ante tu cara, te obliga a cerrar y contraer los músculos del contorno de los ojos, lo que origina las patas de gallo y bolsas en los párpados.

Tu piel queda completamente expuesta a los efectos nocivos del tabaco. Para eso, la solución es dejar de fumar y combatir el daño con tratamientos antioxidantes.


Rápido agresor

La nicotina provoca que los vasos sanguíneos de tu piel se cierren y se disminuya el oxígeno en las células, lo que hace que el envejecimiento de la piel se acelere y se reduzca el colágeno.

Fumar un solo cigarro contrae tus células durante 90 minutos y si consumes una cajetilla diaria, no recibes el oxígeno necesario para llevar a cabo el correcto metabolismo de tu organismo.

Tu piel se hace más gruesa y flácida, por lo que pierde su tono original y su juventud. Todo esto, junto con los efectos oxidantes de muchos de los componentes del humo del tabaco, contribuye a la aparición de arrugas y envejecimiento prematuro.


Daños visibles

De acuerdo a tu tipo de piel, los efectos que causa el cigarro son distintos, explicó la dermatóloga Luz Vidaurri.

Fumadora con piel normal o seca. Los efectos en tu cutis son la falta de luminosidad, piel opaca y arrugas prematuras. El olor del tabaco no queda presente en este tipo de pieles.

Fumadora con piel grasa o mixta. Este tipo de pieles son muy sensibles, por lo que las partículas de nicotina obstruyen y dilatan los poros, provocando la aparición de puntos negros.

En contacto con pieles grasosas, el humo causa la oxidación, manchas y enrojecimiento.

Estas pieles sufren falta de elasticidad y flacidez y el olor del tabaco se les impregna totalmente.

En ambos casos el contorno de los ojos presenta arrugas prematuras, pues es la piel más fina y se daña rápidamente por los efectos de los radicales libres.

En el contorno de los labios se forman unas líneas de expresión en forma vertical que da un aspecto de vejez.


Placer mortal


Deja de fumar

"Si quieres conservar tu belleza, olvídate del cigarro definitivamente. Esto ayudará a frenar el envejecimiento prematuro de la piel y la aparición de arrugas, que se originan por falta de oxígeno y presencia de radicales libres", comentó la especialista.

A los tres meses de dejar de fumar, se empieza a recuperar el tono natural del cutis de forma progresiva. La piel se mantiene más limpia de puntos negros y recupera su juventud y luminosidad.

"Al aplicar tratamientos antioxidantes en tu rostro y cuerpo, le devuelves a tu piel su esplendor después de la oxidación sufrida por la nicotina y alquitrán del tabaco", recomendó.

Fuente: www.elmanana.com.mx




Las arrugas del fumadorL

as mujeres de la derecha comparten edad, genes, un historial médico muy similar... Son gemelas, pero la primera tiene muchas más arrugas. Lleva años pegada al cigarrillo, mientras su hermana nunca ha sido fumadora. Un estudio publicado en 'Archives of Dermatology' describe este caso.

Hace más de 150 años, Samuel Solly, un cirujano británico, ya advirtió de los efectos devastadores del tabaco sobre la piel. Sus pacientes fumadores tenían una apariencia cetrina, la piel arrugada y un rostro demacrado, escribía en 1856 en la revista 'The Lancet'.

Desde entonces, numerosos estudios han constatado que el tabaco es un factor casi tan influyente como el sol en el envejecimiento de la piel. Si pasarse con las horas bajo el astro rey multiplica por ocho las arrugas, el tabaquismo triplica la aparición de los surcos de la edad.

Y como una imagen vale más que mil palabras, tres dermatólogos estadounidenses de la Case Western Reserve University han decidido ejemplificar el desgaste del tabaco con el caso de estas gemelas.

Estos investigadores se encontraron con estas hermanas en el Día Nacional de Gemelos, un certamen anual que se celebra en Twinsburg (Ohio, EEUU) y donde estos dermatólogos hacen cada año una encuesta sobre enfermedades cutáneas, según cuenta a elmundo.es el dermatólogo Daven N. Doshi, principal firmante del trabajo.

Confían en que esta pareja disuada a muchos del vicio. "En dermatología, a menudo se ha puesto en duda [la relación entre este hábito y las arrugas] porque es difícil controlar múltiples variables. En gemelos que están 'genéticamente' contolados y con niveles similares de exposición al sol, podemos hacer una correlación directa entre el avanzado envejecimiento cutáneo y el tabaco, pues parece ser la única diferencia entre las gemelas", resume Doshi.

Es decir, estas mujeres, de 52 años, tienen unas características muy parecidas: han pasado gran parte de su vida (entre los 30 y los 50) en la misma ciudad, sus historiales clínicos son menores y similares, ninguna ha padecido enfermedad cutánea... Además, tampoco han pasado mucho tiempo al sol para ponerse morenas y nunca han utilizado rayos UVA.

"La clara diferencia entre la gemela uno y dos fue la amplia historia de consumo de tabaco en la primera", explican los autores. Mientras una hermana había consumido tabaco durante años (52,5 paquetes-años, un valor que equivaldría a consumir dos cajetillas diarias durante 26 años o un paquete y medio durante 35), la segunda nunca había fumado.

Las consecuencias saltan a la vista. "El cutis de la primera gemela muestra arrugas profundas y extendidas, frecuente lentigo [pecas], hipopigmentación dispersa y una moderada laxitud cutánea", relatan los investigadores. Su envejecimiento facial se calificó como severo (cinco puntos en una escala con un máximo de seis), mientras su gemela recibió un dos (envejecimiento leve o moderado), pues "su grado de envejecimiento facial era significativamente menor que el de su hermana".

"Una demostración visual tan obvia de la relación entre el tabaquismo y el envejecimiento prematuro de la piel es valioso en la educación pública. Las arrugas, más que las mortales consecuencias del tabaco, puede resultar el motivador más poderoso para que los fumadores dejen de fumar", concluyen.


Fuente: elmundo.es