El bienestar experimentado con el ejercicio es tal, que los malos hábitos hacen sentir mal.




Habrá quienes puedan contar la experiencia de que algunos vicios como fumar, tomar de más, llevar una mala nutrición y dormir pocas horas han llegado a su fin al hacer ejercicio como una disciplina diaria. Pero también hay especialistas que coinciden en que al ejercitarse se reduce el estrés, lo que lleva a bajar los niveles de ansiedad, y con esto se acaba también el fumar y comer de más.

El médico internista Alfredo Galarza afirma que los cuatro pilares para la salud son ejercicio, alimentación saludable, un buen peso y no fumar. "Las personas que cumplen con estas cuatro variables tienen más expectativas de vida", agrega. "Y aunque pareciera que son dependientes una de la otra, la obesidad y el ejercicio, en la práctica, no lo son porque un gordito que hace ejercicio tiene una expectativa de salud más favorable que otro con sobrepeso que no se ejercita". Aunque tampoco es pecado caer muy de vez en cuando en la tentación, y quizá dos cervezas, máximo, una copa de vino o una rebanada de pastel alternados en un cierto periodo de tiempo, dan ánimo para seguir con orden este estilo de vida.




Y cómo le hace el ejercicio para controlar vicios?

La clave es que una disciplina ayuda a manejar el estrés y la depresión. Quienes se ejercitan están menos ansiosos y estresados. "Mucha gente come por estrés, y está claro que el tabaquismo se asocia con la ansiedad y ésta también baja. "Está plenamente demostrado que el ejercicio disminuye la depresión y con esto aumenta el entusiasmo, la pasión y energía, que te lleva a superar los retos". También al sentirse a gusto consigo mismo se toma cierta aversión al cigarro y al alcohol, menciona el médico. Cuenta que alguna vez fue fumador y la manera en que dejó el cigarro en forma definitiva fue salir a correr a diario. El especialista señala que cualquier cantidad de ejercicio es buena, pero para que tenga un impacto mayor se requieren al menos de 150 minutos semanales, repartidos en cuatro días por semana. Agrega que los ejercicios más saludables son trotar, caminar, bicicleta y natación.

Bueno por donde lo veas.

La magia de despedir los malos hábitos se da en el momento que empieza la desintoxicación orgánica y mejora la presión cardiovascular y, al estar la sangre más oxigenada y los pulmones limpios, ya no se desea fumar, explica Gerardo Sáenz, director de Wellness Center. Al hacer ejercicio se entra también a un régimen alimentario que ayuda a no ingerir comida chatarra o muy grasosa, porque el cuerpo, al estar desintoxicado, la rechaza. "El estómago se revuelve, se te inflama y puedes padecer colitis y gastritis, porque tu cuerpo ya no está acostumbrado a recibir las dosis altas de grasas o de harina y, como estás consumiendo agua, se purifica, a la vez que se desintoxica, y la reacción de rechazo es de malestar físico y mental. Andas somnoliento y experimentas falta de rendimiento en el día", agrega el también entrenador personalizado.

El ejercicio también tiene su repercusión al dormir mejor, porque al practicar a diario una disciplina, se hace el compromiso de no desvelarse para levantarse temprano. La mejor prueba de que esta teoría funciona es porque él mismo lo experimentó. Cuenta que antes de iniciarse en el ejercicio, hace 17 años, fumaba dos cajetillas al día y tomaba alcohol. "Al principio me pasó la típica novatada, mareos y ganas de vomitar, y poco a poco fui dejando el vicio hasta el punto de que ya me parece una situación molesta el estar con alguien que fuma", dice el profesor de spinning, quien tiene estudios de fitness en Francia. Al dejar de desvelarse, se esfuma también el gusto por la bebida, agrega, y con ello las crudas, que ahora le parecen insoportables. "Llevo una dieta balanceada y, cuando me llego a desvelar, me cuesta de dos a tres días recuperarme, porque yo sigo con mi mismo ritmo. Si por alguna razón no se completan las ocho horas de sueño, el entrenador recomienda darse un descanso a media tarde, no importa que sean horas de trabajo. Por ejemplo, en la oficina se pueden hacer ejercicios de respiración en cinco minutos. Sáenz recomienda bajar la barbilla cerca de la rodilla, relajar los brazos y tomar aire. "Eso te cambia la circulación de la sangre, te oxigena y te reactiva, aunque no sustituye una siesta, pero te va a ayudar a tener oxigenación y un momentito de relajación o de cambio de actividad", dice de esta técnica llamada Tzen que aprendió en Francia. Las artes marciales son otra disciplina que ayuda a contrarrestar los malos hábitos. "Pero lo que más te ayuda son los ejercicios cardiovasculares por el esfuerzo y la condición física que requieren".

¿Aburrido?

Ser tan metódico en la forma de vida hace pensar que alguien es obsesivo o no disfruta la vida. "Obviamente, en la vida todos los excesos son malos. Si tú sabes, por ejemplo, que debes hacer una hora y media o dos de ejercicio, tres comidas fuertes, intercalar dos snacks y descansar ocho horas al día, eso te vuelve una persona activa y completamente saludable y no te va a costar trabajo ni te vuelve un extraterrestre", explica. Al contrario, te lleva a tener más rendimiento y desempeño en la escuela, el trabajo o en las actividades que realizas y a bajar los niveles de estrés. "A mí, por ejemplo, no me han dicho que sea aburrido, más que todo, la gente se da cuenta que si no tomas, estás bien y contento. Me preguntan que si no se me antoja tomar o fumar, pero para estar bien no requiero de eso. Me la paso agradable con un refresco o agua".




Bye al cigarro.

Con el ejercicio el cuerpo es capaz de secretar endorfinas que hacen sentir muy bien y es cuando inicia el deseo de "portarse bien", señala Pedro Durón, especialista en medicina del deporte. La sensación de bienestar que otorga el ejercicio es tan fascinante, que no lo quieres entorpecer con los malos hábitos, comenta Durón. "Empiezas a cuidar los alimentos y a dejar los vicios, entre ellos el cigarro", agrega. "Esto es porque un fumador se va a fatigar más rápido, pero conforme empieza a hacer ejercicio y a mejorar su capacidad de ventilación, inconscientemente olvida la necesidad de querer fumar para conservar esa mejoría que probó y comparó".

El médico lo dice porque ya lo vivió. Por ocho años fumó cigarrillos muy fuertes y padecía obesidad. Luego, por una promesa que le hizo a su hijo, dejó el tabaco, al mismo tiempo que se decidió a hacer spinning, y esto lo llevó a hacer una dieta y comer saludable. "Con el ejercicio viene toda una combinación de factores, porque se recomienda comer frutas y verduras y, al tener un plato colorido, te nutres de antioxidantes, que son los que ayudan a combatir los radicales libres y que una persona, que ha practicado ejercicio por mucho tiempo y que se cuida, se vea más joven, tanto en lo físico como en lo estético", señala. Por lógica se sabe que el ejercicio cansa y por eso resulta un buen hábito para quienes no logran conciliar el sueño fácilmente. "Tampoco queremos que se queden dormidos", explica el médico. "El exceso de sueño es por ejercitarse de más o, sucede al revés, porque el sobreentrenamiento también ocasiona insomnio. Por eso lo que importa es recuperar las horas de sueño, no reparar luego el organismo por exagerar".

Fuente: impre.com



0 comentarios