CONTROVERSIA: Médicos y fumadores se preguntan si estos nuevos aparatos pueden acabar con los padecimientos del tabaquismo. |
No es de extrañar que la idea hubiera nacido en China, país que tiene unos 400 millones de fumadores y cuyas enfermedades relacionadas con el tabaco le cuestan miles de millones de dólares al sistema de salud. En mayo de 2004, la empresa Ruyan vendió su primer cigarrillo electrónico, y desde entonces se multiplicaron las franquicias para comercializarlo. En Estados Unidos, España y muchos otros países que han adoptado las leyes antitabaco, cada vez es más común ver personas que usan estos cilindros metálicos en espacios donde la ley prohíbe fumar.
Se trata de un dispositivo parecido a un cigarrillo tradicional, que permite imitar el acto de fumar sin afectar a terceros y con un efecto 95 por ciento menos dañino. La parte blanca de la estructura es una batería de litio, y la amarilla, que en un cigarrillo vendría a ser el filtro, contiene un cartucho intercambiable de nicotina en forma de gel y glicol de propileno (el líquido inofensivo que vaporizan en discotecas y conciertos). Cuando el usuario aspira se activa un atomizador que entibia estos componentes y los convierte en vapor al contacto con el aire.
Sergio Martínez, el primero en traer estos productos a Colombia, está al frente de la marca e-freedom. Asegura que “la mayor ventaja es que no tienen monóxido de carbono ni alquitrán, y como no generan combustión no producen sustancias cancerígenas”. Afir ma también que no se trata de un sustituto para los cigarrillos comunes, sino una alternativa para los fumadores que se preocupan por su salud.
Murray Laugesen, un respetado médico neozelandés que está investigando las consecuencias de los e-cigarettes, se ha convertido en uno de sus defensores. Cree que por ahora son “el mejor sustituto” de los cigarrillos, pues “lucen parecidos y se sienten más como un tabaco que cualquier otro dispositivo. Y hasta ahora han mostrado que no causan daño”, le dijo Laugesen a The Associated Press. Camilo Herrera, quien comercializa la marca smoKCares, asegura que “este es el futuro de los cigarrillos y se está convirtiendo en una moda fortísima en todas partes”.
no huele, no mancha los dientes y no tiene sustancias cancerígenas
Pero no todos creen que sea tan buena idea. Sundus Aladoofi, de la Iniciativa Libre de Tabaco de la Organización Mundial de la Salud (OMS), le dijo a SEMANA que este tipo de productos deberían ser regulados como un sistema de suministro de nicotina y cumplir criterios científicos y de seguridad antes de salir al mercado. Hasta el momento, la organización promueve que sus Estados miembro les prohíban a los fabricantes mercadear los cigarrillos electrónicos como ayudas para dejar de fumar. “Aún no apoyamos los cigarrillos electrónicos como una terapia de reemplazo de nicotina. No conocemos de la existencia de estudios científicos integrales y rigurosos que los certifiquen”, dice.
Las consecuencias de las vaporizaciones de nicotina también han generado dudas sobre los efectos colaterales. Se sabe que estos productos siguen siendo adictivos debido a las concentraciones de nicotina que traen los cartuchos, si bien esta no es cancerígena. Otro riesgo es la sensación de seguridad que dan y que podría convertir en adictas a personas que nunca habían probado un cigarrillo de verdad. Hasta lo han atacado por su origen chino, por los problemas de control de calidad que se han presentado en ese país.
Por eso, se ha iniciado un debate sobre si deberían ser sacados del mercado o restringidos sólo para uso médico en las farmacias, por ejemplo. En Estados Unidos la FDA está tratando de detener la entrada de más cigarrillos electrónicos mientras que en la Unión Europea, aunque se permiten en general, países como Reino Unido debaten si deben reglamentarlos y someterlos a la ley antitabaco. Otro inconveniente es que en muchas naciones no están regulados y nadie sabe muy bien quién debe certificar su sanidad. En Colombia, tanto el Invima como el Ministerio de la Protección Social y el Consejo Nacional de Estupefacientes dicen no tener competencia en el tema.
Mientras acá y en todo el planeta se sigue debatiendo sobre la conveniencia de los cigarrillos electrónicos, la necesidad de hacer pruebas médicas a gran escala y establecer normas claras es cada vez más apremiante. Sobre todo si estos aparatos tienen el potencial de salvar las más de ocho millones de vidas que se pierden anualmente por causa del tabaquismo.
que entibia pequeñas gotas de nicotina y glicol de propileno. Esto y el contacto con el aire crea el vapor.
En la punta hay una luz LED que se activa con cada inhalación.
Fuente: www.semana.com
0 comentarios
Publicar un comentario