Erase una vez un pequeño pueblo en un país perdido, llamado Notabac, donde todos sus habitantes gozaban de buena salud y vivían en armonía, apoyándose unos a otros con un objetivo común, el de superar una adicción que les trastornaba física y psicológicamente: “El tabaco”.

Todos habían aprendido en la misma escuela, por lo tanto, todos ellos tenían el mismo patrón de comportamiento, de conductas y reaccionaban de forma similar a las circunstancias buenas o malas que la vida les hacía pasar.

En nuestro cuento, llegó un día en el que, como casi todo en lo que intervienen los humanos, se produjo un cisma. La confusión y el caos alcanzaron a Notabac. De castigo, una fuerza todopoderosa les impuso que estuvieran separados por un tiempo y les separó por todo el mundo, repartiéndolos por distintos países y regiones de todo el globo.

Así, algunos recalaron en Norteamérica, otros en Centroamérica y los más en Suramérica. Pero otros fueron a Oriente Medio y a distintas regiones de España, Madrid, Andalucía, Aragón, Cataluña, Región Valenciana, País vasco, Navarra... Todos repartidos, todos separados… ese fue su castigo. Todos, sin excepción empezaron a pensar en cómo volver a juntarse, a ser lo que eran, un pueblo feliz, apoyándose unos a otros para superar su adicción.

Blas enseguida dijo (a través de sus tesoros emocionales, que era una forma de comunicarse el grupo),
seguir las estrellas… ellas nos llevarán. Juan indicó: debemos seguir al sol. Blanca insistió mucho en que siguiesen las corrientes marinas, y Carlota apoyó el seguir las olas. Otros dijeron de continuar el curso de los ríos para volver a encontrarse. Pero no. Todos esos planteamientos eran erróneos, dado que cada uno de ellos estaba en una posición única en el mundo respecto a la longitud y a la latitud en relación al ecuador. Por ello, todas las soluciones que buscaban les llevaban a fracasar, a no encontrarse, porque si todos seguían a los distintos elementos (estrellas, sol, corrientes, olas o ríos), nunca se encontrarían.



La Rosa de los Vientos

Para entenderlo, imaginar una bola del mundo con todos esos países y regiones y que todos, todos pongamos rumbo Oeste 90º. ¿A dónde llegaríamos? Daríamos la vuelta al mundo, sin encontrarnos, ni siquiera aquellos que vivieran en distintas regiones de un mismo país.


Yes, que era uno de los componentes del grupo se despertó con la idea en su mente. ¡Eureka, gritó!. Y diseñó la “Rosa de los Vientos”, que es un sistema para indicar la dirección de los vientos, siendo los principales: norte, noreste, este, sureste, sur, suroeste, oeste, y noroeste, teniendo cada uno de ellos una dirección y sentido determinados, con ángulos determinados de
0, 45, 90 135, 180,225, 270, 315 y 360 grados. Así, cada persona, según donde viviese, hemisferio, país o región, con sus características, costumbres, ideas etc, tenía que poner su barco a un rumbo determinado, único y especial para él. Todos tenían que poner la brújula en una dirección específica, pero distinta para cada uno de ellos para poder juntarse todos en Notabac, su país, allá donde vivían antes de ser expulsados.

Se dieron cuenta de que primero había que tener un destino y luego poner el rumbo adecuado según la posición en que se encontraba cada uno. Aprendieron una lección. Y funcionó. Una vez conocida la posición a llegar, cada uno ajustó su brújula y pusieron la dirección adecuada, norte, sur, este u oeste y no sin penalidades dadas las grandes tormentas que tuvieron que atravesar, llegaron a Notabac, su país de origen. Amarraron sus barquitos y se prometieron no mas cismas y sí mas serenidad, paz y lucha común contra su adicción.

Su gran error había sido tirar cada uno por su lado desde posiciones distintas, con buena intención, si, pero al usar las estrellas, el sol, las corrientes, el oleaje o los ríos sin tener un destino claro, no podían llegar, era imposible. Cuando surgió la idea de la rosa de los vientos, y cada uno de ellos, sabiendo de
antemano su posición inicial, ajustó velas y puso rumbo específico y adecuado (todos distintos, claro, al estar en sitios distintos), entonces SI, entonces llegaron a encontrarse y nunca más se separaron.

Con cariño, para Anuski; Ale; Alberto; Chemita; Conchi; Isa; Iván; Jabo; Gaby; María; Mariana; Nieta; Rocío; Sandra; Sinma; Susana; Yamy y en especial para Vidasinhumos.


Jabo, marzo de 2009.
(Un mes difícil para todos nosotros y en el que espero sepáis entender el significado del cuento).



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