¿Sabías que dos de cada tres jóvenes de entre 16 y 24 años no fuman? ¿Sabías que tres de cada cuatro niños cuyos padres son fumadores lo serán también en la edad adulta?

«Oye ahora lo que voy a decir y un dios en persona te lo recordará más tarde:
llegarás primero a las sirenas, que encantan a cuantos hombres van a su encuentro(…) Pasa de largo y tapa las orejas de tus compañeros con cera blanca, mas si tú deseas oírlas, haz que te aten los pies y manos a la parte inferior del mástil, y que las sogas se liguen a él: así podrás deleitarte escuchando a las sirenas. Y en caso de que supliques o mandes a los compañeros que te suelten, atente con más lazos todavía. »

Ya habrán reconocido la advertencia de Circe hacia Odiseo sobre el turbador canto de las Sirenas, un mito antiguo acerca del poder del espejismo y el hechizo al que con frecuencia sucumbe la naturaleza humana. Ulises se debate entre la razón y el deseo, quiere saber, pero quiere sobrevivir; por eso reprime su voluntad con astuto un acto irracional para conseguir su fin. Hoy, las sirenas se visten con renovados afeites, como sus voces y cantos; pero como el Odiseo hacia sus marinos, también hoy debemos pedir a las autoridades y exigirnos a los profesionales de la salud, la responsabilidad de la cera blanca en los oídos de los más vulnerables.

Es sabido que las campañas más eficaces para promocionar la salud y prevenir las enfermedades, son aquellas destinadas a la población más joven. Los hábitos de vida más o menos saludables que se adquieren antes de la etapa adulta, condicionan nuestra salud a lo largo de los años; en este sentido, es especialmente relevante la prevención del tabaquismo en los más jóvenes. Por estas razones, un año más, los niños y jóvenes son los principales destinatarios de la campaña frente al tabaco de la Asociación Española Contra el Cáncer.

El tabaco es la principal causa de muerte prevenible en el mundo y el único producto de consumo humano que, utilizado siguiendo las recomendaciones de los fabricantes, es capaz de matar. El tabaco mata a más de una tercio de las personas que lo consumen regularmente. En nuestro país, cada 9 minutos muere una persona por culpa del mismo.


no es humo todo lo que reluce

La industria tabaquera crea feroces campañas de comunicación indirectas dirigidas a los más jóvenes, porque son las presas más fáciles de su canto de sirenas. Bajo la persuasión de ideales erróneos, son las responsables, en la mayoría de los casos, del inicio del consumo del tabaco. Las estrategias de marketing de la industria tabacalera favorecen la curiosidad del adolescente a iniciar el consumo y convertirse en fumador habitual. La nicotina es una sustancia altamente adictiva y responsable de un proceso de dependencia que se inicia desde la primera calada. Muchos de los jóvenes que empiezan a fumar serán fumadores en la edad adulta, y lejos de conseguir los sueños que vendía la publicidad lo único que encontrarán es la esclavitud nociva del resto de su vida.

Hace algún tiempo, aunque de permanente actualidad, la aecc y la Fundación Roche realizaron conjuntamente un estudio en el que se reflejaba que casi el 80% de los adultos fumadores deseaban no haber empezado a fumar nunca; al 70% le gustaría dejar de fumar; y algo más de la mitad creía que es capaz de dejarlo si se lo proponen. Por otra parte, la publicidad ha favorecido que el consumo de tabaco se vea como algo normal, cuando lo lógico es que fuera al revés; de hecho lo “normal” es no fumar: dos de cada tres jóvenes de 16 a 24 años no lo hace. Por esta razón, la manera más eficaz para que los jóvenes no comiencen a fumar es la prohibición absoluta de la comunicación sobre el tabaco en todas sus formas. Desde esta tribuna hacemos un llamamiento a la sociedad en general y a las autoridades sanitarias para que la ley se aplique estrictamente.

Otro punto a resaltar es que los niños imitan los comportamientos de las personas que les rodean: tres de cada cuatro niños cuyos padres son fumadores, lo serán también en su edad adulta. Además el humo, el aire contaminado que inhalan los niños en casa, contiene los mismos compuestos que el humo inhalado por sus progenitores: más de 4.000 sustancias químicas dañinas, como el monóxido de carbono, el cianuro, el formol, el plomo y la nicotina. Si uno o los dos padres fuman, un niño en su hogar inhala entre 30 a 80 cigarrillos al año.

«Cuando dejamos atrás las sirenas y ni su voz ni su canto se oían ya, quitáronse mis fieles compañeros la cera con que había yo tapado sus oídos y me soltaron las ligaduras», así concluye esta aventura de la Odisea; que no la nuestra. Desde la aecc desarrollamos y reclamamos la necesidad de programas que estimulen a ese tercio de la población joven a que dejen el hábito del tabaco, además del incremento de recursos y medidas destinadas a evitar el inicio del tabaquismo.
Podemos poner cera, pero ante todo debemos ser socialmente responsable y enseñar la verdadera imagen sin cera, “sincera” del tabaco. Para más información: www.todocancer.org/loestoydejando

Dr. José Angel García Sáenz.
Oncólogo Médico.
Asesor Científico del Comité Técnico Nacional de la aecc.

Fuente: www.todocancer.com



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