Beneficios y ventajas del abandono del tabacoActualmente no existe ninguna duda de que el tabaco es perjudicial para la salud. Se han descrito más de 25 enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco. El fumador tiene un riesgo muy alto de padecer una enfermedad respiratoria, neoplásica o cardiovascular además de otras menos relevantes en las que el papel del tabaco es importante. Se puede decir que uno de cada dos fumadores que se inicia en el hábito tabáquico a edad precoz y continúa haciéndolo durante toda su vida de forma regular, morirá por una enfermedad relacionada con el tabaco, probablemente a mediana edad, perdiendo una esperanza de vida de unos 22 años.

La decisión de dejar de fumar es difícil en ocasiones para quienes constituye un hábito convertido en adicción. Los beneficios son personales y colectivos. Sólo puede convertirse en una sólida y estable decisión cuando parte del convencimiento profundo de la necesidad de dejar de fumar. Esta decisión tiene un valor personal y, además, implica un acto de generosidad hacia quienes rodean al fumador.

Abandonar el consumo del tabaco trae consigo numerosos beneficios y ventajas y puede reducir de forma llamativa las probabilidades de que se produzcan enfermedades, especialmente las cardiovasculares. Muchas de las alteraciones fisiopatológicas provocadas por el humo del cigarrillo son reversibles. El abandono del consumo de tabaco tiene efectos beneficiosos, independientemente de la duración del hábito, de la edad del fumador o de la presencia de enfermedades relacionadas con el tabaco. La magnitud de estos efectos beneficiosos puede motivar a los fumadores a considerar el abandono, al igual que debería llevar a los médicos a intervenir mas ante sus pacientes que fuman.

Los primeros efectos beneficiosos son los síntomas respiratorios como la tos, la disnea y la producción de expectoración. El alivio de estos síntomas tiene más posibilidades de motivar a los fumadores que las estadísticas sobre la reducción de la mortalidad. Es posible que se produzca un aumento pasajero de la tos y la producción de secreciones bronquiales mientras se recuperan los mecanismos de limpieza respiratoria, pero enseguida descienden por debajo de los niveles base.

Las tasas de mortalidad global de los antiguos fumadores descienden rápidamente después del abandono. Sin embargo, el riesgo añadido del consumo de tabaco no vuelve nunca a los niveles de los que nunca han fumado. Las proyecciones basadas en los datos de la mortalidad indican que varones y mujeres de 35 años que dejan de fumar añaden 2,3 y 2,8 años, respectivamente, a su esperanza de vida. Es posible que los primeros efectos beneficiosos del abandono del consumo de tabaco no se manifiesten estadísticamente, ya que las enfermedades relacionadas con el tabaco, recién diagnosticadas aumentan las posibilidades de muerte y de abandono del consumo. Los estudios que controlan este efecto sugieren que el abandono tiene efectos beneficiosos inmediatos.

La reducción de episodios cardíacos en antiguos fumadores tiene al mismo tiempo componentes inmediatos y diferidos, reflejando la compleja relación del consumo de tabaco y enfermedad arterial coronaria. Mecanismos como la alteración de la función plaquetaria, el vasoespasmo y la disminución de la capacidad transportadora de oxígeno, son rápidamente reversibles después del abandono del consumo. Sin embargo, el desarrollo de placas de aterosclerosis prácticamente no es reversible, siendo el principal efecto beneficioso del abandono del consumo la lenta progresión de las lesiones ya existentes. Al cabo de 1 a 2 años de abandonar el consumo de tabaco, el riesgo de infarto de miocardio desciende en un 30% en los varones y en un 40% en las mujeres, respecto al de la población fumadora. El riesgo de infarto de miocardio en antiguos fumadores se acerca al de los que nunca han fumado entre 2 y 4 años después de dejar de fumar.

El abandono del consumo de tabaco produce también una reducción de accidentes vasculocerebrales. El riesgo de ictus disminuye a los 2 años de abandonar el consumo, alcanzando un nivel comparable al de los que nunca han fumado al cabo de 5 años.

El riesgo de cáncer de vías respiratorias desciende después de dejar de fumar. Entre 6 y 10 años después de hacerlo, el riesgo de muerte por cáncer de pulmón desciende al 40%, aproximadamente, tanto en varones como en mujeres. Sin embargo, incluso al cabo de 15 años de abstinencia, la incidencia de cáncer de pulmón se mantiene entre un 10 y un 20% por encima de la registrada entre los que no han fumado nunca.

Otros efectos beneficiosos para la salud que lleva consigo el abandono del consumo de tabaco son la reducción de los síntomas por enfermedad vascular periférico, la reducción de la mortalidad por aneurismas aórticos, la disminución de la enfermedad ulcerosa péptica, la mejoría del control de la tensión arterial, el aumento de los niveles de las lipoproteínas de alta densidad (HDL) y los mejores resultados del embarazo.

Las mayores ventajas del abandono del consumo de tabaco se encuentran en la disminución de la mortalidad cardiovascular. Las tasas de mortalidad a los 5 años en una serie de estudios indican que la mortalidad entre los que continúan fumando es de aproximadamente el doble que la registrada entre los que dejaron de fumar. Dejar de fumar después de un infarto de miocardio añade 1,7 años de vida, en comparación con los pacientes que continúan fumando.


Fuentes: www.portales médicos.com - www.boloncol.com



0 comentarios