Recordar los últimos tiempos de fumador.

La mayoría de los fumadores en sus últimos tiempos, fueron fumadores disonantes, Aquí no se trata de recordar los últimos cigarrillos fumados, sino de recordar esa disonancia. Durante los primeros tiempos, las expectativas de muchos fumadores fueron plenamente realizadas por ese cigarrillo tan ansiado, y como esto ocurría con suficiente frecuencia, se aprendió a pensar en el fumar como un evento satisfactorio, porque impulsaba la necesidad para volver grata la ocasión social, descansaba, animaba o proporcionaba la satisfacción que se buscaba en él. Sin embargo, en los últimos meses y años, fumar ya no originaba esos momentos perfectos y mágicos a pesar de lo mucho que se buscaba. Al contrario, siempre se terminaba fumando más, con un descontento interior y una sensación desagradable de que se estaba haciendo algo que entraba en conflicto con sus creencias y más aun, fumaba con la plena conciencia de estar haciéndose daño a la salud. Por consiguiente cuando la idea de un cigarrillo asalta la mente de un fumador en abstinencia, es importante recordar todo ese tiempo en que predominaba el conflicto entre el comportamiento y sus creencias.

Evocar ese sufrimiento y no el placer del cigarrillo fumado ayuda a ver la sencilla realidad: Un cigarrillo conduce tarde o temprano a volver a fumar.


Evitar enredos emocionales.

Durante los primeros días de la abstinencia, la condición emocional del fumador se debilita afectando sentimientos hacia las personas que lo rodean. Para muchos esas relaciones mejoran rápidamente, mientras para otros, se presenta un periodo de irritación en el hogar y en el trabajo. Durante esos primeros días se presentan momentos de gran vulnerabilidad emocional. Al principio, más importante que buscar la causa de esta alteración es vigilar la condición ya que puede llevar a fumar mas rápidamente de lo que el ojo, el cerebro o el corazón pueda darse cuenta.

Imponerse condiciones y dependencias de otras personas es otro enredo emocional que nada ayuda. Dejar de Fumar y mantenerse sin fumar, depende única y exclusivamente del fumador sin importar lo que haga o deje de hacer otra persona.


Salir de la trampa del subjuntivo

Al dejar de fumar, independientemente de las circunstancias en la que se encuentra, el fumador nota que la vida es mucho mejor en abstinencia, sin embargo al cabo de un tiempo, algunos notan que la abstinencia es buena si las cosas van bien y nada sale mal. Inconscientemente se empiezan a poner condiciones a la abstinencia, pero el tabaquismo no admite condiciones y no se le pueden hacer concesiones a ningún precio. El deseo de un cigarrillo es natural a la luz de un fracaso. Si no se consigue lo que se quiere o si las cosas no se dan como quiere o si las dificultades acechan, se dará cuenta de que todo el tiempo se ha confiado en las circunstancias para mantener la abstinencia, la cual debe mantenerse pase lo que pase, independientemente de todo lo demás, sin complicar los sentimientos con otras personas, sin que dependa de condiciones o situaciones posibles o imposibles.

No se puede Dejar de fumar y Vivir sin fumar por causa de otras personas. Se puede mantener solo por uno mismo. Amarrar la abstinencia a una persona o a una circunstancia que no sea el propio fumador es insensato ya que al cambiar o desaparecer la persona o circunstancia, desaparecería también la causa del dejar de fumar. La abstinencia independiente puede crecer y volverse lo suficientemente fuerte, como para afrontar todo y a todos.


Vivir sin fumar. (ult. parte)

Abandonar las antiguas ideas.

Las ideas que han estado tan profundamente arraigadas en la vida de un fumador no podrán desaparecer rápidamente. Se pueden haber ido los días de humo, pero la enfermedad continúa dentro de él. Por eso el arrancar de la mente las antiguas ideas que pueden volver a presentarse, tiene un valor terapéutico. Se trata de adquirir una sensación de bienestar, alivio y liberación de un antiguo modo de pensar. Muchos de los hábitos iniciales de pensamiento y las ideas que producían, limitan la libertad. No hay que aferrarse a ellas a menos que demuestren ser válidas y provechosas. Muchas de las antiguas ideas, sobre todo las relacionadas con el cigarrillo, el fumar, el tabaquismo, demuestran que no son válidas o que pueden ser autodestrutivas, por lo tanto lo mejor es desembarazarse de ellas.

Durante los primeros intentos de abstinencia, en muchos fumadores subsisten los residuos de nociones obsoletas y equivocadas como el pensar que el fumar era una parte esencial de las ocasiones sociales, o de una sobremesa, o que era un símbolo de adultez. En el momento en que el fumador puede persuadirse a si mismo a mirar objetivamente esa experiencia y a escuchar ideas diferentes de las suyas, puede adquirir una gran cantidad de información que antes no había examinado cuidadosamente, como por ejemplo el aceptar que el tabaco es una droga y que el fumar conduce directa o indirectamente a problemas de diversos tipos; que no se trata de cuanto fuma sino en qué forma se ve afectada su vida por el tabaco.

Cuando el fumador está dispuesto a mirar ideas diferentes a las que tenia, puede realmente empezar un camino hacia una nueva vida saludable. .


Encontrar la manera que más se ajusta a su personalidad.

Cuando usted empiece su recuperación, podrá pensar en nuevas ideas que no están incluidas aqui. Cuando usted adquiera ideas nuevas sobre este tema, transmítalas a los demás. Compártalas. Hay que recordar que el acto de compartir es por si mismo muy provechoso para usted. Mientras más experiencias pueda acumular, mayor será el número de fumadores que se puede ayudar a dejar de fumar.

Algunos han vuelto a fumar por algún tiempo, antes de obtener un anclaje real en la abstinencia. Si esto le sucede, no se desespere. Muchos han pasado por esta situación y llegado finalmente a encontrar un éxito en la abstinencia. Recuerde siempre que el tabaquismo es una enfermedad y como tal una condición humana seria, y que las recaidas son tan posibles como en cualquier enfermedad, pero a pesar de ello, siempre podrá lograrse una recuperación.

Aun después de las recaídas, si usted continúa deseando recuperarse y trata con buena voluntad de ensayar nuevos enfoques, estará encaminado hacia lo que realmente desea que es Dejar de Fumar.



(Adaptación de “Viviendo Sobrio”)





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