Humo de segunda mano

El hábito de fumar tiene efectos adversos sobre la salud por todos conocidos. Aún así, no pocas personas deciden fumar o bien, siendo fumadores desde hace mucho tiempo, no logran dejar el tabaco. Es, en definitiva, una decisión personal. Pero algo muy distinto es recibir los efectos del tabaco en forma involuntaria. Quienes se ven obligados a respirar el aire viciado por el humo del cigarrillo se denominan fumadores pasivos, y en la actualidad hay un amplio movimiento internacional para proteger sus derechos.

El humo de segunda mano es el que inhala un fumador pasivo. Consiste en una mezcla del humo que producen cigarrillos, pipas o cigarros al quemarse, y el humo que exhalan los pulmones del fumador activo. Se llama también humo ambiental de tabaco, y entre sus componentes hay sustancias fuertemente irritantes. Pero lo más grave es que este humo de segunda mano puede causar cáncer de pulmón, también en las personas que no fuman, habiendo sido clasificado como un carcinógeno del Grupo A. Especialmente representa un riesgo serio para la salud de los niños pequeños que están en proceso de desarrollo.

Entre los más seriamente afectados por esta exposición están los bebés y los hijos pequeños de padres fumadores, para quienes aumenta el riesgo de infecciones en el sistema respiratorio inferior, como la pulmonía y la bronquitis. Un importante porcentaje de las infecciones del sistema respiratorio inferior de los bebés y niños menores de 18 meses son provocadas por el humo de segunda mano. También aumenta la posibilidad que estos niños sufran una disminución de la función pulmonar y síntomas de irritación respiratoria, presentando tos, flema o síntomas bronquiales. Los niños asmáticos corren especial riesgo, y el humo de segunda mano puede ser la causa de que muchos niños que no sufren de asma la contraigan.

Otros problemas de la exposición al humo de segunda mano son generalmente la irritación de la nariz, los ojos y la garganta. El humo puede afectar el sistema cardiovascular y existen estudios que vinculan el comienzo del dolor de pecho, a
la exposición al mismo.


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Derecho a protegernos

Los fumadores pasivos tienen derecho a actuar para reducir el riesgo causado por el humo de segunda mano. Si bien muchas veces se crearán situaciones incómodas y roces con familiares y amigos debido a este tema, habrá que llegar a un acuerdo con el fumador para que cada uno pueda ejercer su derecho personal sin dañar a los demás. Así y todo, a veces resulta imposible evitar el humo de segunda mano. ¿Qué podemos hacer para disminuir los riesgos?

Cuando un miembro de su familia insiste en fumar en el interior de la casa, se debe aumentar la ventilación del lugar donde se fuma. Abrir las ventanas e instalar extractores de aire es una buena opción. En relación a los visitantes, puede hacérseles saber de antemano que el fumar no es bien visto en la casa. Un buen porcentaje de ellos no lo hará, o reducirá el número de cigarrillos durante su visita. En los lugares de trabajo y esparcimiento no debería permitirse fumar, pero en la práctica en muchos de ellos el cigarrillo es tolerado por quienes usan el espacio común.

Estar al tanto de la legislación vigente sobre este tema puede ser de gran ayuda. En general los países y comunas cuentan con reglamentos sobre el hábito de fumar en los espacios públicos. Cualquier ciudadano puede exigir su cumplimiento. Los establecimientos escolares o similares donde concurran niños deberían estar doblemente protegidos. Dentro de los edificios se acostumbra a separar a fumadores de no fumadores, pero si estos espacios pertenecen al mismo ambiente, y no se encuentran asistidos por extractores de humo y sistemas de ventilación eficientes, el humo de segunda mano sigue siendo un peligro. Otro ámbito peligroso es la cabina del automóvil. La alta concentración de humo en un compartimiento pequeño y cerrado aumenta considerablemente la exposición de los demás pasajeros.

Por último, si Ud. es fumador, está en un buen momento para dejar de serlo. Pensar en los daños que puede causar a los demás, especialmente a sus seres queridos, puede ser una buena motivación para dejar el tabaco. Especialmente si está embarazada, deje de fumar.

A medida que se toma conciencia del peligro de ser fumador pasivo, los fumadores se transforman cada vez más en un grupo desaprobado socialmente. Aunque dejar el tabaco no es fácil, apóyese en estas motivaciones si su propia salud no es suficiente razón.

Este artículo contiene datos de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA)

Fuente: www.latinsalud.com



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