Fuente: http://www.elfaroceutamelilla.es/content/view/43327/73/
Restricciones de la conocida Ley Antitabaco que ya han entrado en vigor con la entrada en 2010, provocaron hace ya algunas semanas el malestar entre el sector hostelero pues la prohibición de fumar en cafeterías, bares y restaurantes no sólo acarreará la pérdida de clientes sino que muchos de los establecimientos que realizaron una inversión en obras muy específicas para separar espacios libres de humo ven que el dinero invertido ahora se queda en nada. El presidente de la Asociación de Hosteleros de Melilla, Francisco Benítez, se hizo eco de este malestar entre los empresarios, en declaraciones a ‘El Faro de Melilla’, pues esta nueva normativa “es muy dura pero tenemos que acatarla”. El empresario melillense no ve con buenos ojos estas limitaciones “porque sigue habiendo fumadores”. De hecho calculó que cerca del 60 por ciento de la clientela es fumadora y muchos establecimientos hicieron ya una inversión, ahora perdida, para separar los espacios libres de humo de los que no y para instalar extractores de humo.
El presidente de la asociación aseguró además que más de la mitad de los restaurantes, bares y cafeterías de Melilla se verán afectados por esta nueva normativa, más restrictiva, y que supone un cambio “muy brusco” pues “la costumbre de entrar a un bar y tomarse una copa mientras se fuma un cigarrilo” está muy arraigada entre los fumadores.
Por su parte, la presidenta de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en Melilla, Lely Muñoz, si bien consideró la nueva normativa muy tajante y brusca, la Ley Antitabaco tuvo que aplicarse así “desde el principio”. A pesar de las discrepancias con la gestión de las titulares del Ministerio de Sanidad en la gestión de la aplicación de esta Ley, desde su entrada en vigor en el año 2006, “ahora los quioscos pueden volver a vender tabaco y se prohíben fumar en los bares y restaurantes”. Para la reprensentante de la AECC en Melilla es “una barbaridad” que estas nuevas restricciones hayan hecho perder “mucho dinero” a los empresarios hosteleros: “Primero les hacen gastar el dinero que ahora no les sirve y eso que muchos han hecho las obras exclusivamente para adaptarse a una Ley que permitía dividir espacios en el establecimiento para fumadores y para los que no”, apostilló Muñoz.
Por último, ya el pasado 11 de septiembre de 2009, ‘El Faro de Melilla, publicaba una entrevista con el coordinador de la Escuela de Hostelería de Melilla, Esteban Barajas, quien afirmaba que “no se puede hacer una única lectura de la Ley”. A pesar de no ser fumador, consideró que “no me parece bien el hecho de que se prohíba fumar en los restaurantes y bares”.
Además, Barajas matizó que “estoy de acuerdo en que se prohíba fumar en un hospital, por ejemplo, y creo que nadie se puede oponer a eso, pero que yo sea propietario de un bar, una cafetería o un restaurante, y no pueda decidir si mi clientela puede fumar dentro de mi negocio me parece algo fuera de lugar”.
Por último, reconoció que “el tabaco siempre ha sido un complemento para los clientes, una comodidas, como el hecho de pofer pagar con tarjeta o tener un parking. Nunca ha sido una fuente de ingresos”.
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