La mayoría de nosotros se ha sentido alguna vez deprimido pero no hay que confundirlo con una depresión clínica. Éste es un problema serio que debe diagnosticarse y tratarse por un especialista. Cuando los fumadores dejan de fumar, aproximadamente en un 60% de los casos, pueden sentirse deprimidos o 'bajos' durante el primer mes. Afortunadamente es algo que no dura mucho más y no suele ser muy severo. Algunas personas han comparado el hecho de abandonar el tabaco con el proceso de terminar una relación. Al principio fue como una pérdida, había perdido a mi compañero de los últimos 20 años pero después de unas pocas semanas me di cuenta de que, más que perder a mi mejor amigo, había echado a mi peor enemigo. La depresión puede ser una parte necesaria y natural del proceso psicológico que la mente sigue cuando se deja algo que ha sido parte de la rutina diaria durante mucho tiempo. Aunque no se pasa bien cuando lo estás experimentando, las personas que dejan de fumar suelen recordarlo como algo temporal, una barrera superable para conseguir lo que queremos.
Trucos para enfrentarme a la depresión.
El poder de los premios.
El darte premios y realizar actividades placenteras para tí pueden ayudarte a mejorar el estado de ánimo antes de que empeore. Es el momento de que seas lo primero. Si tu estado de ánimo es muy bajo tienes más probabilidades de recaer por eso debes ponerte en acción para sentirte mejor. Desafía la lógica de la depresión. Cuando nos sentimos deprimidos muchas veces pensamos que sin cigarrillos la vida pierde sentido. El futuro parece muy gris y hay que aprender a identificar estos pensamientos depresivos para desafiarlos. Una vez que nuestra adicción al tabaco se haya roto volveremos a un estado de ánimo normal y volveremos a disfrutar de la vida.
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