Veinteañeros en peligro

Si damos un salto de tres décadas, la relación entre los hombres jóvenes y el tabaco (y las maniobras de las empresas para unir a ambos) continúa siendo una vergüenza para la sociedad.

Aunque el porcentaje global de fumadores en los Estados Unidos lleva disminuyendo desde que en la década de 1960 se aceptara sin reservas que fumar causa cáncer de pulmón, el número de veinteañeros adictos dista mucho de haberse estancado.

"De todos los hombres estadounidenses de 18 a 25 años, el 42% ha fumado al menos una vez en el último mes", afirma la neuróloga Nora Volkow, directora del Instituto Nacional Estadounidense para el Estudio de las Adicciones (NIDA). "Es una cantidad enorme, y no sabemos qué hacer para reducirla", indica Nora a Men's Health.

Este dato contrasta con el porcentaje de fumadores adolescentes, que ha descendido hasta un mínimo histórico. Entonces, ¿por qué hay tantos universitarios que consumen una droga que perjudica la salud y posee un potencial adictivo innegable? Bonita pregunta...


¿Por qué engancha el tabaco? (2da. Parte)

El error de creerse inmortal

"Esos jóvenes no son idiotas", confirma Michael Givel, un politólogo de la Universidad de Oklahoma que ha investigado concienzudamente las estrategias de marketing y la propaganda pseudo-científica que emplean las compañías tabaqueras. "Simplemente son el objetivo de campañas publicitarias muy bien urdidas", afirma Michael.

Para ser más exactos, son el objetivo de campañas cada vez más agresivas. No hay más que ver lo siguiente: como parte del acuerdo global suscrito en 1998 entre 46 estados y las cuatro compañías tabaqueras más grandes de los Estados Unidos, dichas compañías se comprometieron a restringir la venta y la comercialización de sus productos a menores de edad. Por desgracia, eso significó que una buena parte del presupuesto anual de 13.000 millones de dólares para actividades de marketing de las tabaqueras se destinó a la busca y captura de los hermanos mayores de esos adolescentes.

Los hombres de entre 18 y 25 años, muchos de los cuales todavía creen que son inmortales, constituyen ahora el segmento de edad más joven al que puede dirigirse legalmente la industria tabaquera. Y los expertos en marketing van a por ellos con todo lo que tienen. "Este grupo es un objetivo prioritario para la industria, tanto por sus propios hábitos de consumo como por su influencia sobre jóvenes de menos edad", señala Robert L. Kline, ex-director del Centro de Control del Tabaquismo en la Facultad de Derecho de la Universidad Northeastern (EE.UU.).

Los análisis publicados en estos últimos años en numerosas revistas científicas han demostrado la premeditación de múltiples actuaciones, desde la campaña "Kool Mixx" que ideó Brown & Williamson en 2004 para captar a los aficionados al hip-hop, hasta el estilo de vida "vaquero" fomentado por Marlboro y su labor de investigación psicográfica para descubrir la mejor manera de subvertir los valores de los jóvenes y ganarlos como consumidores. "No es de extrañar que los anuncios de tabaco dirigidos a los hombres jóvenes hagan hincapié en dejar atrás el estilo de vida adolescente y evolucionar a un pensamiento adulto e independiente", comenta Givel. "En estos anuncios, los jóvenes fumadores se nos muestran como hombres independientes, fuertes y sexualmente atractivos para las mujeres de su misma edad".

Desde las páginas de semanarios alternativos de tiraje nacional, un ejército de jóvenes de aire canallesco beben cerveza, fuman cigarrillos y blanden los palos de billar de una manera que sugiere el manejo inminente de otro tipo de palo. Esta multiplicidad de modelos artificiales tiene un mensaje: fumar no es cosa de niños mimados. Es para hombres de verdad que toman sus propias decisiones. Es un estilo de vida que otorga cierta superioridad moral a quien lo elige.


Fuente: Men's Health



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