Santa Claus o Papá Noel, todo un icono de la cultura estadounidense que avanza con fuerza desplazando tradiciones y valores que creíamos importantes. Y es que somos amantes de lo inmediato y de lo tangible, una sociedad reeducada una y cien veces, siempre dispuesta a consumir y siempre dispuesta a asumir como propio lo que afuera está de moda aunque no se entienda mucho.
No es de extrañar entonces que Santa, como muchos otros personajes, reales o no, hayan sido usados por la maquinaria publicitaria de las grandes compañías tabacaleras para promocionar y hacer atractivo un producto, que usado de manera correcta, termina generalmente matando a su consumidor.





Hoy, Papá Noel es el personaje principal de estas fiestas que se avecinan, el hombre bonachón, de largas barbas blancas y pícara mirada que viaja por el cielo en un trineo tirado por renos, repartiendo regalos y dibujando sonrisas en la cara de muchos niños. Hoy, viendo estos afiches publicitarios de antaño, me doy cuenta de que antes de convertirme en víctima del tabaco, fui en parte víctima de los medios, me vendieron ilusiones y compré una adicción de por vida, o casi…




Pero qué cara de satisfacción! Parece que lo estuviera disfrutando, y sin duda lo hace, como yo lo hice, veinte veces al día, durante veinticinco años…




Y qué estará pidiendo esta hermosa señorita que no para de fumar?…tabaco y hermosas mujeres a sus pies, en este caso en sus piernas, otra buena asociación usada por un marketing que funcionó y muy bien en su época…




Bueno, ahora al menos sé como afear mi árbol de navidad y tengo claro lo que definitivamente no regalaría.


Hoy no veremos publicidad de este tipo, pero se están usando otras estratagemas para llegar a jóvenes y niños. Nuestra misión como padres es educar y proteger a nuestros hijos contra una lacra que seguirá presente en nuestra sociedad y que busca adeptos en las nuevas generaciones.

Feliz Navidad de sus amigos de Dejar de Fumar.



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