En los próximos 12 meses, el tabaco matará a 4 millones de personas. En el año 2030, será la causa de muerte de 10 millones de personas cada año, más que ninguna otra causa única, y 7 millones de esas muertes se producirán en los países de ingreso bajo y medio, donde los cigarrillos fueron una vez raros. A medida que las personas instruidas y prósperas abandonan el tabaco, su consumo se concentra progresivamente en los pobres de la mayoría de las sociedades. Al menos en los países ricos, sus efectos nocivos para la salud son responsables de una gran parte de la carga de enfermedad y muerte prematura de las personas pobres. Sin embargo, muchos gobiernos dudan en pasar a la acción para controlar el tabaco, por su temor a los efectos económicos que esas intervenciones podrían tener. Por ejemplo, muchos políticos temen que la reducción del consumo de tabaco produzca un desempleo permanente.

En la actualidad y por primera vez, se ofrece una evaluación de los aspectos económicos del control del tabaco en un informe sencillo y conciso, en el que se revisa la experiencia internacional. Las conclusiones del informe son que la elevación de los impuestos sobre el tabaco puede salvar millones de vidas y aumentar, al mismo tiempo, los ingresos estatales a mediano plazo, y que otras medidas no relacionadas con el precio, como la prohibición completa de la publicidad y de la promoción de los cigarrillos, también reducirían de forma significativa el consumo de tabaco. El análisis examina los efectos que las políticas de control del tabaco tienen sobre el empleo y llega a la conclusión de que la mayoría de los países no sufrirían pérdidas permanentes de puestos de trabajo.




Cuando se habla del tabaco se escucha sobre la "epidemia de tabaquismo", y la Organización Mundial de la Salud se refiere a la más importante epidemia de los siglos XX y XXI. ¿Es esto realmente así? ¿Acaso hay un agente que la produce? ¿Acaso se contagia?.

A todas estas afirmaciones y preguntas corresponde decir SÍ porque la produce el tabaco, se transmite por la inducción de los ejemplos y por la publicidad, aumenta constantemente y se extiende a todo el mundo, por lo que se califica como PANDEMIA.

¿Y entonces cómo es que algunos gobiernos no parecen preocupados por el daño sobre la salud, y permiten el consumo y la publicidad del tabaco? Muy simple y la respuesta es deductiva y triple:

Hay largo intervalo entre la exposición al tabaco y la aparición de serias enfermedades, determinando que, excepto en los países con mayores niveles de ingreso, todavía no se tome conciencia de la carga de muerte e incapacidad debida al hábito de fumar, ya que las enfermedades causadas suelen tardar varios decenios en desarrollarse. El tabaco mata a largo tiempo, en general pasando los 30 años de consumo, y en una forma inaparente que pasa como otra enfermedad, que en realidad es una complicación del tabaquismo. Y así en las estadísticas figuran muertes por infartos de miocardio, paros cardíacos, arteriosclerosis, enfisema, accidentes cerebro vasculares, etc., sin aclarar que la causa de esto es el tabaco.

Los países productores y las industrias tabacaleras obtienen grandes ganancias en el momento por la venta de tabaco, que llegan a miles de millones de dólares.


Fuentes: dailymotion - raulespert



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