De alguna manera las cartas ya están jugadas en la decisión que tomarán los 32 Estados miembros del Consejo Ejecutivo de la OMS, para definir el nuevo Director de esta entidad del sistema de Naciones Unidas y todo parece insinuar que el nombre de Julio Frenk convoca los mayores apoyos. Nada de extrañar, pues se trata de una decisión que trasciende los terrenos de la salud pública, para obedecer y favorecer los intereses políticos de los Estados con mayor poder de incidencia.

La agenda de la salud pública mundial no se define en los escenarios de los órganos de dirección de la OMS, como debería ser, sino en las formulas economicistas del Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial. Son estas entidades multilaterales las que ordenan, mediante reformas estructurales, el funcionamiento de los sistemas nacionales de salud. Las consecuencias las vemos en la gran mayoría de países del tercer mundo, donde se “destruyeron” los sistemas públicos para favorecer la privatización de la salud. El derecho a la salud ya no se garantiza, ya no es una obligación de los Estados nacionales.

Y son precisamente los funcionarios que implementan estas reformas estructurales, los que representan a los Estados en el Consejo Ejecutivo y Asamblea de la OMS. Julio Frenk, como Secretario de Salud de México y candidato, representa esta visión de la “salud pública”. Algunas voces aisladas criticaron los resultados de su gestión al frente de la Secretaría, pero esto no mereció el debate de las organizaciones opositoras a su nombramiento.

En este contexto los temas del control del tabaco no tienen mayor significación. Como tampoco lo tiene en las agendas nacionales de los Ministerios de Salud. Basta con mirar el panorama de lo que ocurre en América Latina. Superados los procesos de ratificación del
Convenio Marco para el Control del Tabaco CMCT, los Ministerios no se han comprometido con su implementación: La regla general es la aprobación de legislaciones débiles y flexibles, en directo dialogo con la industria tabacalera. Donde no se ha ratificado el CMCT, la situación es más delicada y la interferencia e influencia de las tabacaleras alcanza a funcionarios y congresistas. Desde luego hay excepciones, pero el panorama es crítico en Centro y Sur América. Lo propio ocurre en otras regiones de África y Asía. Inclusive en España la situación no termina por definirse, si observamos lo que ocurre en Madrid, donde se conceden ventajas a la industria y comercio, debilitando las políticas nacionales de control del tabaco.

Por extensión muchas de estas críticas también le caben a las oficinas nacionales de la OPS. En América Latina son pocas las oficinas de la OPS comprometidas con una agenda de control del tabaco. Han estado ausentes de los procesos de ratificación e implementación del CMCT y en general asumen la línea de conducta de los Ministerios de Salud.

Julio Frenk ha sentido el peso de las denuncias por los convenios celebrados con las tabacaleras Mexicanas. Como en cualquier campaña electoral, ha salido a defenderse con toda clase de compromiso: “Como he indicado ya en mi plataforma, haré de la puesta en práctica completa del CMCT una prioridad importante, y aumentaré la asistencia técnica a los gobiernos en esta área crucial del trabajo de la OMS. Como miembro orgulloso y dedicado de la comunidad de la salud pública, es muy importante para mí que no haya duda sobre mi dedicación completa a nuestra misión compartida: el control completo del uso del tabaco como la manera más eficaz de prevenir la carga de la muerte y de la inhabilidad causadas por el cigarrillo a través del mundo”.

Por ahora, de resultar electo, solo esperamos que cumpla. Ya le incumplió una vez a la salud pública y a la OMS, al celebrar acuerdos con la industria del tabaco, violando el artículo 5.3 del Convenio. Su ya largo recorrido por la burocracia de la OMS debió haberlo alertado sobre la inconveniencia de estos acuerdos, pues es conocedor de cómo la
industria, desde hace décadas, ha tratado de minar la integridad de la OMS, como lo revelan los documentos secretos de las tabacaleras - hechos publicos por decisión de Tribunales de USA- al diseñar planes para desacreditar a la OMS y las medidas contra el tabaquismo.

Una pregunta final ¿que ocurrirá con la investigación que la OMS / OPS adelanta contra México por la suscripción de los acuerdos con las tabacaleras? ¿Frenk será juez y parte?

Foto: www.tvazteca.com

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