Como pocos temas relacionados con el tabaco, en la sociedad hay consenso sobre la necesidad de promulgar leyes que prohíban la venta de cigarrillos a menores de edad.


En EE.UU., por ley federal, todos los estados están obligados desde 1992 a reglamentar esta prohibición. En general son pocos los países que omiten esta prohibición y los argumentos sobran: salud pública, derechos humanos y, en general, el sentido común. Las leyes de implementación del CMCT abordan este tema y países como Colombia, que ni siquiera ha firmado este tratado, se apresta a tramitar una ley de control del tabaco para menores.

Por ello, no deja de ser preocupante los resultados de una investigación publicada por Jean Francois Etter, del Instituto de medicina social y preventiva de la Universidad de Ginebra, quien pone en duda la eficacia de estas leyes: "La reseña mostró que las leyes que prohíben las ventas de tabaco a los menores están bastante extendidas, pero que hay poca evidencia de que tengan algún impacto sobre los índices de tabaquismo entre los jóvenes". El estudio no mostró "ningún efecto de la prohibición del uso de productos del tabaco por los menores, independientemente del nivel de cumplimiento de los expendedores".

"Estoy de acuerdo con el Dr. Etter en que los enfoques actuales de prevención de las ventas de cigarrillos a menores son un fracaso estrepitoso, principalmente debido a una falta de voluntad política para promulgar leyes prácticas y estrategias de cumplimiento significativas", aseguró Arnold H. Levinson, director del Grupo de evaluación del programa del tabaco de la Universidad de Colorado y del Centro de investigación del cáncer AMC de Lakewood.

NUESTRA OPINION: Respetamos los resultados de la investigación, pero llamamos la atención sobre la necesidad de tener un enfoque sistémico en la implementación y análisis de las políticas públicas de control del tabaco y, por supuesto, en la medición de sus impactos. Este es el gran avance que propone el Convenio Marco para el Control del Tabaco CMCT: Aplicación integral de instrumentos que regulen la oferta y demanda de los productos del tabaco.

Si nos quedamos únicamente con regulaciones que prohíban o limiten la venta a menores, excluyendo la aplicación de estrategias que actúen sobre la publicidad, ambientes libre de humo, advertencias sanitarias, comercio ilícito, entre otras; los impactos sobre el tabaquismo de los menores van a ser bastante limitados. Una buena política sanitaria requiere acciones integrales y, en lo posible, regionales, que incluyan a varios países, como ocurre en la Unión Europea. No olvidemos que las estrategias de las tabacaleras son globales, exigiendo de parte de los gobiernos y organizaciones antitabáquicas respuestas del mismo alcance.

Como complemento, recomendamos la lectura de nuestro anterior artículo PUBLICIDAD DEL TABACO PARA JOVENES

FUENTE: HealthDay
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