Fuente: http://www.elcomercio.com/noticiaEC.asp?id_noticia=343690&id_seccion=8
La prohibición de fumar en los espacios cerrados, que rige en Uruguay desde el 2006, determinó una reducción de 17,1% en los ingresos hospitalarios por infarto de miocardio. Esto significa unos 400 infartos menos por año.
Esta es la principal conclusión de un estudio llevado a cabo por el Centro para la Investigación de la Epidemia de Tabaquismo (CIET) que fue difundido por la ex ministra de Salud, María Julia Muñoz, y el actual ministro de la rama, Daniel Olesker.
La investigación incluyó a 37 centros de salud públicos y privados de Uruguay. Consistió en el análisis de las Historias Clínicas de 7 949 pacientes ingresados bajo diagnóstico de infarto.
El informe agrega detalles significativos. Por ejemplo, señala que quienes más se beneficiaron con las políticas antitabaco fueron los menores de 35 años, pues en esa franja hay un descenso del 55,6% de casos. Se observó, además, una reducción del 38,5% en los menores de 45 años.
El cardiólogo Edgardo Sandoya, uno de los encargados del estudio, explicó que durante la investigación se encontraron con casos extremos, que representan el abanico de edades analizadas: hay pacientes de 21 y hasta de 103 años que ingresaron al hospital con infarto de miocardio.
Otro dato relevante es que en los pacientes asistidos en centros públicos se advierte una reducción de solo el 6,4% de ingresos por infartos, mientras que en los asistidos en instituciones privadas se observó una reducción del 22%.
También se destacó un aspecto calificado como ‘inédito’ en este tipo de investigaciones: los días viernes y sábados se observó mayor reducción de casos de infarto que en el resto de los días de la semana, y el fenómeno es más marcado entre los jóvenes.
Sandoya argumentó que la exposición al humo de tabaco en lugares cerrados tenía un efecto contundente en los más jóvenes. En una discoteca llegaba a haber 800 microgramos de partículas concentradas en el aire, cuando lo más saludable es que existan menos de 50 microgramos.
El cardiólogo subrayó la importancia de la calidad del aire. Dijo que el “humo de segunda mano” puede aumentar el riesgo de enfermedad coronaria en un 30%.
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