Argentina
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-141105-2010-02-27.html
Las entidades antitabaco advierten que para evitar que los chicos empiecen a fumar se requieren medidas drásticas, como el aumento de impuestos al tabaco. Eso requiere que Argentina apruebe el Convenio Marco, suscripto ya por 168 países.
Uno de cada cuatro chicos de 13 a 15 años ha fumado cigarrillos, y el 90 por ciento de ellos los ha comprado sin inconvenientes, pese a la prohibición de venta a menores que rige en varias ciudades del país. Las entidades especializadas en tabaquismo advierten que, según todos los estudios, esta prohibición es simplemente inútil; la industria tabacalera, en cambio, la promueve, justamente porque es inútil y para presentar una imagen de “responsabilidad social”, advierten las entidades. Las medidas que sí dieron resultado para que los chicos no empiecen a fumar fueron la prohibición total de publicidad, la instauración de ambientes libres de humo y el aumento de impuestos al tabaco. Pero estas decisiones van de la mano con el Convenio Marco para el Control del Tabaco, aprobado por 168 Estados, que precisamente hoy cumple cinco años y que el Congreso argentino sigue sin ratificar. Este año se efectuará, acá nomás en Uruguay, la Conferencia del Convenio Marco y “sería vergonzoso que la Argentina no pudiera participar”, observan las entidades. Sólo en el marco del Convenio serían efectivas las campañas dirigidas a jóvenes y centradas en una rebeldía adolescente que se exprese, no fumándose un cigarrillo. sino plantándose frente a los manejos de las tabacaleras.
Según la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Adolescentes de 13 a 15 años, desarrollada por la OMS, en la Argentina el 24,5 por ciento de los chicos de esa edad han fumado tabaco; de estos niños, el 54,8 por ciento son mujeres, y la edad de inicio se sitúa en 12 años. La trasmisión de esta conducta adictiva se realiza en gran medida dentro de las familias, ya que el 54,7 por ciento de los chicos de esa franja etaria está expuesto al humo ajeno en sus hogares. De los pibes que fuman, el 88,7 por ciento refirió haber comprado cigarrillos en negocios. El 80 por ciento refirió haber visto publicidad en las calles, dirigida predominantemente a mujeres.
Estos datos ponen evidencia de que “la prohibición de venta a menores es ineficaz. En la ciudad de Buenos Aires, donde rige esta norma, más del 90 por ciento de los adolescentes refirió comprar cigarrillos sin dificultad”, observa un documento de la Alianza Libre de Humo en Argentina (Aliar). Sin embargo, el gobierno porteño y aun la Defensoría del Pueblo de la ciudad mantienen su auspicio al programa “Es la Ley”, organizado por Nobleza Piccardo y Massalin Particulares, que incluso dirigieron cartas a los legisladores nacionales pidiendo prohibir la venta a menores a nivel nacional.
“La industria tabacalera auspicia la prohibición de venta a menores, o los planes escolares de prevención, porque sabe que, aisladamente, esas medidas son inútiles: mientras promueve esos ‘programas de responsabilidad social’, presiona contra las medidas realmente efectivas, las que exige el Convenio Marco: eliminación de la publicidad, promoción y patrocinio del tabaco; elevación de los impuestos al tabaco; instauración de ambientes libres de humo”, advirtió Verónica Schoj, representante de Aliar.
Patricia Sosa –directora para Latinoamérica de la entidad internacional Campaña por Niños Libres de Tabaco– destacó que “respecto de los adolescentes, lo que hay que evitar es la iniciación en el consumo de tabaco. Para esto –confirmó– son imprescindibles las estrategias generales del Convenio Marco. Los estudios muestran que una medida altamente efectiva es la suba de impuestos al tabaco, que lleva al aumento del precio: los chicos, todavía no adentrados en la adicción, prefieren gastar la plata en zapatillas o ropa antes que en cigarrillos caros”.
“En cuanto a las campañas específicas, quienes mejor las diseñan son los propios jóvenes; tienden a ser agresivas, rebeldes. Clásicamente las compañías tabacaleras se han aprovechado de esto al plantear el cigarrillo como forma de trasgresión o rebeldía. Y sus supuestos programas contra el fumar en los jóvenes, centrados en que ‘el fumar es cosa de adultos’, lo que en verdad hacen es inducir el deseo de fumar, al identificarlo con la capacidad de decidir como un adulto. Nuestras campañas, en cambio, propician la rebeldía contra las compañías tabacaleras, que así pretenden controlar las vidas de los jóvenes”, explicó Sosa, pero insistió en que “ninguno de estos programas puede competir con los inmensos recursos de la industria a menos que se implementen las estrategias generales del Convenio Marco”.
“Vergüenza”
El Convenio entró en vigencia el 27 de febrero de 2005, y la Argentina es el único país en Sudamérica que no lo ha ratificado. Por ese motivo, se formó en estos días la Coalición para la Ratificación del Convenio Marco para el Control del Tabaco, integrada por más de 40 organizaciones entre las que se hallan la Federación de Sociedades de Cancerología, la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, la Sociedad Argentina de Pediatría y la Alianza Libre de Humo Argentina. El Convenio había sido aprobado por unanimidad en la Asamblea de la OMS, en 2003, y el entonces presidente Néstor Kirchner lo firmó ese mismo año. Desde entonces, los sucesivos proyectos de ratificación presentados en el Congreso fueron cajoneados. Según Schoj, el proyecto “está trabado en la Comisión de Relaciones y Culto del Senado, la primera que debe tratarlo”.
La Coalición denunció como “falaces los argumentos de que la ratificación del Convenio generaría pérdidas económicas en las provincias productoras de tabaco: así lo muestran las experiencias de los principales países productores de tabaco como Brasil, China, India y Turquía, que ratificaron el Convenio”.
Para colmo, en noviembre de este año se efectuará en Uruguay la Conferencia de las Partes, órgano rector del Convenio Marco: “Resultará vergonzoso para nuestro país no poder participar en la reunión que mantendrán, al otro lado del Río de la Plata, casi 168 Estados, incluyendo todo el Mercosur”, observan las entidades.
El senador Daniel Filmus presentó hace pocos días un nuevo proyecto para que se ratifique el tratado, ya que los anteriores habían perdido estado parlamentario: “Esperamos que, en la primera sesión de la Comisión de Relaciones Exteriores, se cite a las entidades para que expliquen la necesidad de aprobar este proyecto antes de junio, para que el país pueda asistir a la Conferencia de Montevideo”, anunció Filmus a este diario.
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